Llegó el gran día, la prueba más esperada por muchos de nosotros, el reto que nos propusimos algunos como yo para ponernos a prueba y saber de que somos capaces y conocer nuestros límites.
Esta crónica la contaré tal y como viví yo toda la prueba, ya que como la gran parte la hicimos por separado, no puedo poner las impresiones de mis compañeros, a los cuales invito a que nos cuenten su propia experiencia en primera persona.
La mañana del sabado me levanté a las 5:30 para salir a las 6, de la casa que tiene Miguel Angel en Aguilar de la Frontera, con todo preparado y listo para correr ya, ropa, mochila, dorsal, libro de ruta, etc. Nos acompaña Carlos, hermano de Miguel Angel, el cual nos hace de conductor, acompañante, avituallamientos, mochilero, en fin toda nuestra logistica en sus manos, y que bien nos trató!, ¡magnífico Carlos!. Llegamos a Ronda temprano, sobre las 8, con la idea de desayunar fuerte, ir al baño y terminar los preparativos (vaselina, calcetines, etc), y así fué. Nos dirigimos temprano a la zona de entrada al campo de futbol y allí esperamos a Mika, la cual con su cabeza loca de los nervios, se dejó el dorsal en el coche y tuvo que volver a recogerlo, ahiiiiiii, que nervios!!! Miguel Angel y yo pasamos el control de entrada y nos metemos ya en el campo de futbol a descansar hasta la hora de salida.
Una vez que dan la salida neutralizada a los ciclistas, entramos nosotros a la pista para que a las 11 nos den el tradicional chupinazo y empiece la emoción. Los primeros metros de carrera hasta que salimos bien del estadio era andando debido a la gran masa de gente que estábamos alli pasando un calor sofocante, una vez ya en el pueblo pudimos correr ya aunque también con tranquilidad por que todavía había grandes aglomeraciones de gente, imaginaros 2500 personas por las calles estrechas de Ronda. Poco a poco iba avanzando la carrera y el calor crecía sin parar, el sol hacía de las suyas, los primeros avituallamientos, eran colas de gente para poder coger un vasito de agua y otro de aquarius, a la vez que había gomas, grifos y algibes dispuestos a lo largo del recorrido, donde la gente rellenaba la camelback o los botes de agua.
A las dos horas de carrera mas o menos, me separé de Miguel Angel, y empecé mi andadura en solitario, a esas horas ya veias a gente andando como zombies, y parandose en las sombras, ¡pero si acabamos de empezar casi! El sol y la mala preparación hacian de las suyas. Yo seguí a mi ritmo y en las subidas un poco duras andaba, en todos los avituallamientos paraba a beber y comer algo de fruta, aparte yo iba bebiendo de vez en cuando de mi camelback, ya que el calor que hacía era descomunal, y tenía miedo a una pajara o algo así. Al llegar la primera subida fuerte sobre el km 34 o así, ya ibamos más separados, y no había tanto follón de gente, y en esa subida marqué un ritmo fuerte andando, lo que me hizo que adelantara aún a más corredores. Despues de esa gran subida vino lo que para mi fué la parte más dura de la prueba, y no por desnivel, sino por que eran las horas centrales del día y corríamos por una pistas interminables, de tierra amarilla, lo que hacía que reflejara más el sol y el sofocante calor nos machacara.
A mitad de carrera, en el pueblo de Setenil, me encontré a Carlos, que estaba repartiendo agua que el mismo compraba para todo el que necesitaba, y eran muchos, cuando yo llegué llevava 7 u 8 botellas ya, me dijo que tenía unas cocacolas preparadas para nosotros y que si quería alguna. ¿Que si quiero una cocacola? Os puedo asegurar que casi se me caen dos lagrimones cuando me la dió fresquita y todo, sin duda la mejor cocacola de mi vida, de nuevo ¡gracias Carlos! A continuación teniamos uno de los avituallamientos grandes, en los que había comida, chocolate y demás. Aproveché para recuperar, refrescarme, comer algo, y al lio que vamos muy bien! Conforme pasaban las horas y los kilómetros, mejor me encontraba, era increible, la tarde llegaba y con ella el fresquito, que alivio, esto es otra cosa. Yo seguía con lo mio, adelantando a corredores, poco a poco, aunque ya no muchos puesto que ya no había muchos por delante y las distancias entre corredores eran amplias. Al llegar al cuartel, sobre el kilómetro 80, me digeron que iba entre los 80 primeros, ¡increible!, ni me lo creia, lo que hizo que me diera un subidon de ánimo y energia, que junto con lo bien que iba, me hizo que apretara el ritmo en los últimos 20 km. Se hizo de noche, y tocaba sacar la linterna, esperé al último punto de control, para ya colocarmela y guardar bien el libro de ruta, para afrontar los últimos 6 o 7 kilómetros. Subiendo la cuesta del cachondeo, bajaba un nissan con legionarios que me dijeron que aproximadamente iba entre los 50 primeros, no me lo creia, la sonrisa no se me quitaba de la cara, y las ganas de correr aún menos, y en cuanto terminó la cuesta, ahí me puse a correr, esperando ver ese arco de meta que a esas horas estaba lleno de gente animando. Por las calles del pueblo aún tuve tiempo de adelantar a algún corredor, y una vez ya llegando a la meta y con el bello de punta, me puse a aplaudir al público los cuales me respondian aún más fuerte, para ahora si ya entrar en la tan preciada meta, y parar el crono en 12 horas y 7 minutos. Al final entré en el puesto 56 de la general de 1877 que terminaron la prueba.
Alegría inmensa es lo que yo sentía en ese momento, y un nivel de satisfacción completo, de saber que mi límite no está aquí, aún tengo mucho más para dar y exprimirme, pero eso si, siempre sabiendo que hacer y como hacerlo, con la cabeza bien puesta en su sitio y consciente de lo que uno mismo puede o no puede hacer.
Gracias a todos los que me han apoyado, ayudado o animado en este reto, gracias Carlos por todo lo que hiciste ese día, gracias a todos mis amigos que me animaban y me han felicitado, gracias a Miguel Angel y Mika por ser unos grandes compañeros de fatigas, y Miguel Angel también por toda su hospitalidad conmigo, pero sobre todo gracias a mi mujer, Rocío, que siempre me apoya y aguanta esos días de carreras y entrenamiento que me paso fuera de casa, MUCHAS GRACIAS CARIÑO! Esta carrera te la dedico a ti.
Sin duda la mejor experiencia deportiva de mi vida.
Un saludo.
Kico
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